La caída de Benjamón de los Guerreros Unidos, según pareja

El intercambio de disparos con los policías federales duró alrededor de 15 minutos. Benjamín Mondragón Pereda, El Benjamón, jefe de plaza del grupo criminal Guerreros Unidos.

Estaba decidido a que no lo atraparían con vida. Mientras resistía atrincherado en una casa de Jiutepec, Morelos, le dijo a su mujer que ?se pegaría un tiro?, así lo hizo. Bertha Paco López, su pareja en los últimos 15 años, salió de la casa antes de que él se suicidara. Después, ante el MP.

De acuerdo con información a la que tuvo acceso Blog del Narco, la mujer negó la relación que la unía al presunto delincuente. En su intento por deslindarse, incluso dijo que era mesera y sexoservidora, que sólo tenía cuatro días de conocerlo y sólo sabía que él se llamaba Armando Pérez Martínez.

Aunque ella negó ante las autoridades su relación de pareja con Mondragón Pereda, también compartió con el cabecilla de la organización criminal sus últimos minutos de vida, en medio de un enfrentamiento con elementos de la Policía Federal, hasta que el hombre negoció que a ella le permitieran salir de la casa que compartían en la colonia San Gaspar, del municipio de Jiutepec.

La madrugada del martes 14 de octubre, alrededor de las 12:30 horas, una llamada a su celular despertó a Bertha. La mujer relató que ?al contestar era Armando, quien me dijo que le abriera la reja porque al parecer lo iban siguiendo; cuando le abrí le pregunté que quién lo iba siguiendo, y me dijo que al parecer eran policías, cerró la reja y nos metimos a la casa?.

El Benjamón preparó todo para hacer frente a los policías, al parecer no estaba dispuesto a dejarse atrapar para responder por sus operaciones al frente de Guerreros Unidos, la organización responsable de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.

Bertha relató que ?él se metió a una recámara que estaba cerrada y comenzó a sacar armas de fuego, sin poder decir cuántas, y después de 10 minutos que nos metimos a la casa se escucharon muchos disparos?.

La mujer se tiró al piso, se fue hacia una de las esquinas de la recámara que compartían. ?Se seguían escuchando muchos disparos fuertes, incluso Armando también disparaba. Yo le dije que ya no disparara, que mejor se rindiera?.

Afuera de la casa ?se escuchaba que gritaban que eran policías federales, ?ríndete, no te vamos a tratar mal?, decían, y después le gritaron que si había mujeres o niños?. El hombre respondió que no había nadie más, y retó: ?Entren por mí?.

Bertha le pidió que la dejara salir, fue en ese momento que El Benjamón le dijo que se iba a pegar un tiro, ?y que si no quería que me pegara a mí también uno, le dije: ?no por favor, déjame salir?, y en eso Armando gritó que sí, que había una mujer, que ya no dispararan, que iba a salir la mujer. Y todavía me dijo que me pusiera mis zapatos porque me iba a cortar los pies, ya que había muchos vidrios rotos, y se hizo a un lado?. Fue la última vez que lo vio.

La Policía Federal dio a conocer que el hombre simuló que se entregaría, se asomó por una ventana y después se escuchó la detonación. Se suicidó.

Marcelino, el hermano de Benjamín, identificó su cadáver ese mismo 14 de octubre. Dijo que desconocía sus actividades criminales, creía que era un vendedor de automóviles, quien desde hace 15 años vivía con Bertha Paco López, aunque su esposa era otra mujer con la que procreó dos hijos.
Pero Bertha negó su relación. La mujer de 35 años, originaria de Atoyac, Guerrero, prefirió decir que era mesera y sexoservidora, que le pagaban 150 pesos de sueldo y 30 más por cada cerveza que consumieran los clientes en el bar Tomys, de Cuernavaca, donde había llegado apenas el 3 de octubre.

Refirió que fue en ese bar, el 10 de octubre, cuando conoció al hombre que identificó como Armando, quien le ofreció tener relaciones, por lo que se fue con él a su casa de Jiutepec, y que recibió 5 mil pesos como paga por los cuatro días que convivieron antes del enfrentamiento que tuvo como desenlace el suicidio de El Benjamón.
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