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Este resultó herido en un enfrentamiento que se dio entre un grupo armando y militares cuando estos últimos realizaban un recorrido de vigilancia por el poblado de Los Humayes.
A la altura de la iglesia, la patrulla de soldados se encontró con un convoy de vehículos con gente armada quienes al observarlos, supuestamente comenzaron a dispararles.
La persecución de desató hasta la sindicatura de San Juan y allí resultó herido de bala un militar.
En una ambulancia de la fuerza armada, el uniformado fue trasladado al hospital militar de Mazatlán para recibir atención médica.
Media hora más tarde, militares reportaron a Cruz Roja, que en San Juan se encontraba una persona herida de gravedad.
El civil presentó cinco impactos de bala en el cuerpo. Dos en el tórax con salida en la espalda, uno más en la cabeza, otro en el brazo y el último en la mano izquierda, este quedó bajo resguardo militar en un hospital de Mazatlán.
Tras la refriega, la zona fue sitiada por elementos del Ejército y ministeriales.
A bordo de una camioneta Jeep Cherokee color arena, sin placas, quedó el cadáver de un hombre con heridas de bala, cuya identidad se desconocía en ese momento.
El vehículo se impactó contra un poste de la luz, el cual se partió en dos.
Al lugar arribaron peritos de la Procuraduría de Justicia, quienes levantaron las evidencias, mientras que del levantamiento del cuerpo se hizo cargo el Servicio Médico Forense.
Los ministeriales también decomisaron una camioneta Silverado doble cabina, negra, que a simple vista no se le apreciaban impactos de bala. Ambas fueron trasladas a bordo de dos grúas al corralón de la Policía Ministerial.
A las 12:30 horas, por el camino que conduce a Vado Hondo, les fue reportado el hallazgo de otro cuerpo que se encontraba en el asiento trasero de una camioneta Toyota Hilux blanca, doble cabina, con placas del Distrito Federal.
A unos metros se localizó una camioneta Grand Cherokee negra. La Toyota presentó orificios de bala en la carrocería, así como el vidrio trasero quebrado.
La puerta del conductor se encontraba manchada de sangre tanto por dentro como por fuera, el asiento del copiloto, el cofre y el guardafango derecho.
Investigadores dedujeron que tanto el conductor como el acompañante resultaron heridos, pero estos se dieron a la fuga por entre el monte después del enfrentamiento.
Mientras que las autoridades realizaban sus indagatorias, un helicóptero del Ejército y otro de la Ministerial sobrevolaban el área.
Durante la noche trascendió con fuentes ministeriales que los civiles abatidos se llamaban Enrique Guadalupe Gamboa Sarabia y José Antonio Sarabia Arisqueta, oriundos de ese municipio.
Ninguna escuela de este lugar tuvo clases, puesto el personal militar les impidió la entrada al poblado. Poco después, las familias de San Juan realizaban su vida cotidiana, pero no dejaban de mostrar temor ante estos hechos violentos que han estado ocasionando que cada vez sean más las personas que emigren a otros lugares por temor.
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