martes, 12 de agosto de 2014

El Chapo II, el liderazgo que no quiere el Cártel de Sinaloa

A pesar de los persistentes intentos por parte del Cártel de Sinaloa para expulsar al grupo de Fausto Isidro Meza Flores, alias El Chapo Isidro.

Este capo de la droga ha conservado su influencia sobre gran parte del norte de Sinaloa y, mientras no caiga en la cárcel, se perfila como reemplazo potencial del jefe de tráfico más prominente de la región, refiere un análisis de la Fundación InSight Crime.

El analista Patrick Corcoran expone que en los últimos años el perfil de Meza Flores se ha disparado; primero como rival del jefe del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán, y luego de la detención de El Chapo, como el potencial relevo del líder de tráfico de drogas más importante de la región.

En enero del 2013, la organización de El Chapo Isidro cobró mayor relevancia, cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos designó a su célula de drogas bajo la llamada ley de cabecillas, ello dio al gobierno más poder para embargar bienes que le pertenezcan. La administración estadounidense lo acusó de traficar heroína, cocaína y marihuana hacia el país vecino del norte y también nombró a unas empresas utilizadas como fachadas por los Mazatlecos.

El autor argumenta que en la era pos-Chapo Guzmán, el grupo de Meza Flores presenta ventajas sustanciales frente a sus adversarios. En principio, por motivos territoriales: su base, en el norte de Sinaloa, se extiende desde Guasave hasta el Triángulo dorado, región montañosa donde se produce gran parte de la cosecha de marihuana del país, y que también limita con Chihuahua.

Asimismo, Corcoran destaca que El Chapo Isidro es más joven que sus rivales del Cártel de Sinaloa, cuyo actual líder, Ismael Zambada, tiene alrededor de 60 años. "Meza Flores ha tenido la buena fortuna de haber surgido en un período en el que el liderazgo del Cártel de Sinaloa se ha visto devastado. Como resultado, el contrapeso más potente y obvio para su grupo podría ser inestable".

El fortalecimiento de este narco depende de que permanezca fuera de prisión. Sin embargo, tanto el gobierno de México como el de EU ya lo tienen en la mira: un mal pronóstico para la supervivencia de esta figura. El analista destaca que, a diferencia de Guzmán Loera, Meza Flores no tiene una extensa red en la cual apoyarse para ir un paso adelante de la policía.

A pesar de ello, no existe una voz fuerte por parte de la opinión pública para detenerlo, por lo que es probable que eventualmente el interés del gobierno decaiga. "Y, como se vio en la larga búsqueda del Chapo Guzmán, declarar la prioridad de un objetivo es un asunto muy diferente a en realidad ponerlo bajo custodia", concluye el estudio.

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