domingo, 20 de julio de 2014

María, la policía veracruzana que no tiene miedo y carga en brazos su AR-15 #Verfollow

Desde hace un año la joven María cambio su maquillaje por un arma de fuego para unirse a las filas de la Policía Estatal.

Con un fusil AR-15 corre a muy temprana hora con otros 35 policías estatales por el malecón costero de Coatzacoalcos. Algunos van a agotados, pero apenas cruzan casi medio kilometro, cuando la voz de mando les ordena que suban por las escaleras para detenerse a hacer algunos ejercicios en el lugar conocido como la Plaza de la Bandera.

La mayoría de ellos llevan la playera llena de sudor junto con sus rostros, pero no desfallecen, unos toman un respiro, para volver a escuchar con atención la voz de mando. Casi 15 minutos después se vuelven a levantar, después de haber flexionado sus piernas y brazos, pero casi a punto de desfallecer corren rápido hacia las patrullas de la Policía Estatal que se estacionaron frente a un conocido casino.

Entre ese grupo de uniformados, solamente van dos mujeres, entre ellos la oficial María Castellanos Pérez, quien cuenta con 23 años.

Ella es originaria de Poza Rica, Veracruz, una de los municipios que actualmente han sido golpeados por una de las células del crimen organizado más peligrosas de México.

A su corta edad dice que no tiene miedo, su máxima es la de servir y no ser servido, como decía Jesucristo en sus tres años de discipulado por tierra Santa.

Todos los días hace un esfuerzo , arriesga su vida como muchos de sus compañeros policías, con quienes ha compartido muchas experiencias.

Cuando estaba a la mitad de su carrera en Contaduría, decidió salirse de la Universidad, e ir a lo que desde pequeña le llamaba su atención.

En busca de un trabajo decidió unirse a la Policía Estatal, donde ya algunos habían comenzado su preparación en la Academia en el Lencero, a unos cuantos kilómetros de la capital del estado de Veracruz.

Después de tanto batallar logro pasar cada una de las pruebas, pero también obstáculos que se le presentaron a lo largo de su preparación.

Su familia se negaba a que ella decidiera ser policía, pero desde hace tiempo ya tenía una decisión.

Ahora sus familiares están orgullosos, pues ella es única en la familia, la primera en pertenecer a esta corporación de seguridad.

Pese a que la mayoría de los policías son hombres, todos ellos respetan a las mujeres, tal es así que hay un ambiente de compañerismo, pero también de respeto, como dice la oficial María Castellanos.

Ahora a esta joven veracruzana le espera una ardua preparación para convertirse en una policía motorizada.

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