martes, 19 de febrero de 2013

Arsenales llegan al crimen organizado - ElHeraldo.hn

Tegucigalpa,

Honduras

Si el 77 por ciento de los homicidios en Centroamérica son cometidos con armas de fuego, entonces, el control del flujo de ellas hacia los criminales debe ser para los gobiernos cuestión de máxima seguridad, plantea la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

"La amenaza de la violencia de las armas de fuego también está socavando la gobernanza en la región", exponen los expertos en el documento de Naciones Unidas.

Los arsenales militares y policiales en Honduras, El Salvador y Guatemala han sido identificados como las mayores fuentes de armas de fuego ilegales en la región. Lo que no es sorprendente, dados los niveles de violencia relacionada con las armas de fuego en estos países. De acuerdo a los decomisos en Guatemala y Honduras, las armas más comunes son las pistolas nueve milímetros, los revólveres y los rifles de asalto.

Entre 2008 y 2011 fueron incautadas entre 4,000 y 5,000 armas de fuego cada año, de las cuales entre el 58% y 60% eran pistolas. También fueron decomisados rifles de asalto, pero estos constituyen menos del 4% del total, constantemente menores que el número de incautaciones de armas caseras.

El calibre más popular es el 9 mm (milímetros), lo cual representa el 61% de las incautaciones de pistolas, el cartucho más popular en las calles de cualquier lugar de Guatemala. "Lo mismo sucede en Honduras, donde el 63% de las pistolas incautadas entre 2008 y 2011 fueron 9 mm. Los revólveres mantienen más popularidad en Honduras que en Guatemala".

Aparte de los países del Triángulo Norte -Honduras, Guatemala y El Salvador-, Nicaragua y Panamá también presentan un gran comercio ilegal de armas.

Nicaragua no solo maneja el mayor excedente de armas en la región, sino que también ha sido el destino de envíos de armas ilícitas. Por ejemplo, en noviembre de 2011 fue incautado un contenedor de carga enviado desde Turquía hasta Nicaragua, en el puerto de Lázaro Cárdenas en la costa mexicana del Pacífico.

Novecientas armas estaban ocultas en el interior del contenedor, incluyendo pistolas y escopetas. Mientras tanto, Panamá es importante por su tolerancia para la compra de armas libres de impuestos.

En las tiendas (libres) duty-free se puede comprar legalmente armas norteamericanas que luego son enviadas ilegalmente a otros países centroamericanos. Esto proporciona un conveniente centro de compras regional para las pistolas de 9 mm que solicitan los criminales.

+ Honduras es escenario de guerra entre carteles

De lo lícito a lo ilícito

Mientras estos países pueden abastecer los mercados locales de armas, los mercados mismos están localizados por toda la región. Por ejemplo, existen mercados libres de armas y munición en la zona fronteriza de San Cristóbal y Ocotepeque, en la frontera entre Honduras y Guatemala. Ésta, además, resulta ser una de las áreas más violentas de la región.

Mientras las armas militares abandonadas por la guerra son una preocupación, el mercado local de armas de fuego no está realmente basado en ellas.

Más bien, el problema es de filtración: la fuga de armas desde el uso civil lícito al uso ilícito. Se filtran del uso lícito militar y policial al uso ilícito.

Y lo hacen a través de las fronteras, en cualquier dirección imaginable, sostiene el informe de Naciones Unidas.

Armas nacionales

En la última década el robo de las armas de las Fuerzas Armadas y de la Policía hondureña ha venido sucediendo constantemente.

En agosto de 2004, la Policía y la Fiscalía Contra el Crimen Organizado decomisaron en una casa ubicada en El Zamorano un poderoso arsenal.

Parte de las armas correspondían a las Fuerzas Armadas y a la Policía, y otras tenían otra procedencia, según las pericias realizadas por la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF) de Estados Unidos.

El 15 de abril de 2005, la Policía incautó en Choloma, Cortés, otro armamento que supuestamente iba para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Nuevamente las comparaciones realizadas por la ATF confirmaron que una parte del armamento decomisado provenía de un arsenal depositado en el Batallón de Naco, Cortés; otra parte pertenecía a las Fuerzas Armadas, asimismo había también de otras procedencias.

A mediados de 2010, de las bodegas del Comando de Apoyo Logístico de las Fuerzas Armadas (CALFFAA) ubicado en el sector del Ocotal, Francisco Morazán, se robaron 22 lanzacohetes RPG-7 con toda y su munición.

Asimismo, de 3,000 fusiles AK-47 que -según el Ministerio Público- la población entregó en el 2003, las Fuerzas Armadas solo dieron cuenta de 1,615 fusiles .

La Unidad Investigativa de EL HERALDO también puso al descubierto los robos de armas en la Policía.

En diciembre del 2007 se extraviaron 186 armas: 98 fusiles Pietro Beretta, 40 fusiles Galil, 9 fusiles M-16, cinco lanzagranadas-gas, 32 pistolas CZ y dos pistolas Pietro Beretta.

En el 2008 la Policía nicaragüense decomisó en el mar Caribe una embarcación con 152 fusiles FAL que pertenecían al inventario de la Policía hondureña.

En octubre del 2012, EL HERALDO reveló la pérdida de 300 fusiles FAL y 300,000 proyectiles calibre 5.56 del escuadrón Cobras. Días después se conoce del robo de 40 pistolas del Instituto Técnico Policial, con sede en La Paz.

De acuerdo con la UNODC, el tráfico de armas militares y policiales, así como de aquellas que son compradas legalmente en un país y que son transportadas ilegalmente a otra nación constituyen un gran problema. "Este tipo de desequilibrio regulatorio a través de las fronteras crea oportunidades para la delincuencia organizada", establece el informe.

Control

Honduras cuenta desde el año 2000 con una Ley de Control de Armas de Fuego y de una Oficina de Registro, que tiene inscritas unas 500,000 armas. Las autoridades policiales calculan que un millón de armas ilegales circulan en el país.

El registro y control ha sido un fracaso, los mismos directores policiales han ordenado registrar pistolas y fusiles prohibidos, como lo denunció EL HERALDO en abril del 2012.

Actualmente, el Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos en Honduras (Ciprodeh) promueve una reforma de la Ley de Control de Armas con el fin de reducir la tenencia de armas, que también es una recomendación de expertos internacionales.

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