jueves, 7 de febrero de 2013

Acapulco sigue siendo víctima del crimen organizado - Periódico Viaje

El ataque sexual que sufrieron seis turistas españolas en la playa Encantada, al sur de Acapulco, demuestra no sólo que ese destino sigue siendo víctima del flagelo del crimen organizado, sino que además sus autoridades municipales son más ineptas que en cualquier "otra parte del mundo".

En el planeta globalizado, la noticia no sólo apareció en las portadas de los periódicos españoles, sino que tuvo resonancia en Estados Unidos y Canadá, los dos países emisores de turistas más importantes para México.

Si se tratara solamente del mercado español, el comentario técnico conducente sería que, con 280 mil viajeros al año, representa apenas 2% del total de los que llegan por la vía aérea y que incluso si ninguno de ellos viniera en lo que resta del año, lo que obviamente no sucederá, tampoco habría un riesgo estructural.

Pero sí hay temas estructurales involucrados y éstos son la imagen del México turístico en su conjunto; las repercusiones en la intención de viajes de los ciudadanos europeos y la puesta en evidencia de que Acapulco no sólo sigue siendo presa del crimen organizado, sino que además su presidente municipal, Luis Walton, no tiene la capacidad para solucionar un problema de esa magnitud.

El de Acapulco es un municipio quebrado, los miles de viajeros nacionales que abarrotaron ese puerto el fin de año no pasaron por alto el caos vial producto de la falta de policías municipales, pues hubo un serio recorte debido a la imposibilidad de pagar sus sueldos.

No hay que tener la imaginación de Hemingway para saber a dónde se fueron a "trabajar" muchos de esos policías despedidos y por cierto, no fue a la agricultura ni tampoco al turismo.

En las últimas semanas hay varios reportes de establecimientos, incluso algunos dedicado al hospedaje que no se mencionan aquí para proteger al propietario del mismo, que trataron de ser extorsionados por grupos de mafiosos armados hasta las pezuñas.

Así es que Walton no sólo enfrenta la realidad de unas finanzas desastrosas y un destino amenazado por los criminales, sino que además le acercó un cerillo prendido a un bidón de gasolina, con su ocurrencia de declarar que las violaciones masivas ocurren "en cualquier otra parte del mundo".

Claro que a él ahora sólo le toca "aguantar vara" como mínimo precio a sus barbaridades, pues acotar los efectos expansivos del desaguisado son una tarea para el Consejo de Promoción Turística.

Y no hay de otra, el evento le dio la razón a quienes dicen que hoy no es tiempo de promover a México, sino a los destinos mexicanos, pues sería injusto que la realidad de Acapulco afecte el buen desempeños de otros muchos paraísos que sí son bien administrados y que sí son seguros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario