Los sistemas y estructuras que conforman nuestro pas han colapsado totalmente, y ello incluye a los partidos polticos, los cuales han fracasado definitivamente y no son capaces de representar o satisfacer siquiera los intereses y aspiraciones de su membresa, para no mencionar su nula eficacia frente a las exigencias y necesidades de la nacin panamea. Los partidos polticos han tenido amplias oportunidades para desplegar sus bondades durante dcadas y no son ni sern capaces de remediar mnimamente los requerimientos de nuestro pueblo y del Estado panameo en ningn sentido.
El colapso del pas exigir que un prximo gobierno se dedique a reunir los despojos que nos dejar la actual administracin; verbigracia, institucionalidad destrozada; desarticulacin estatal; distorsiones constitucionales; destruccin del medio ambiente; impagables deudas externa e interna; carencia de presupuesto ordinario; ruina en el campo y la industria; desempleo real; inseguridad ciudadana; inaccesible canasta bsica; mora judicial; hacinamiento penitenciario; saqueo despiadado de las arcas pblicas; delitos de alto perfil y demandas internacionales de todo tipo. Un futuro gobierno tendr que dedicar casi todo su tiempo a limpiar la mesa, y poco espacio le quedar para llevar adelante las tareas consuetudinarias.
Pero los partidos polticos no podrn cumplir con este ejercicio heroico de reintegrar el pas y reconstruirlo porque fueron precisamente su incompetencia, corrupcin, transfuguismo, irresponsabilidad, complicidad, cobarda, ineptitud, inmunidad e irrelevancia, los factores que produjeron la degradacin poltica y econmica, el deterioro moral, la alienacin y el vaciamiento espiritual de nuestro pueblo.
La opcin tripartita (Panameismo, PRD y PP) de dejar que impere el cdigo electoral de 2009 porque es mejor que las propuestas retardatarias de la Asamblea de Diputados y Cambio Democrtico parece omitir el hecho de que a los partidos y a la sociedad civil les corresponde ejercer toda la presin posible para que los diputados cumplan con su deber de producir mejores, y no peores, leyes, y que, en consecuencia, a la Asamblea le corresponde aprobar las reformas electorales que se comprometieron a ratificar tras cientos de sesiones junto al Tribunal Electoral y la sociedad civil. No aceptamos la claudicacin mansa de la ciudadana ante la barbarie.
Las advertencias y temores de sectores autorizados de que el narcotrfico o el crimen organizado se aduearn de las elecciones y pondrn sus ganadores ya han sido denunciadas en este espacio (Ver: Julio Yao Villalaz, Juicio al presidente Martinelli, 17 de junio de 2012), en el que propusimos la integracin de una Comisin contra el Crimen Organizado y su Incidencia en las Elecciones. La frialdad de los partidos ante esta propuesta y la actitud tripartita de dejar las cosas como estn nos est demostrando que el crimen organizado es ya uno de los elementos de la nueva Estafa Electoral que se avecina y que las advertencias de Jaime Abad, del Fiscal Antidrogas, de Justicia y Paz, y de otras autoridades, nos confirman que el fraude electoral no est, como ha dicho el perredista Mitchell Doens, a la vuelta de la esquina, sino que est en medio de nosotros, preestablecido e integrado a la estructura y que la partidocracia est afinando y aderezando para servrselo nuevamente al pueblo.
Es necesario decirle no a los partidos y congregar a todos los sectores del pas dentro de un movimiento nacional amplio de estudiantes, obreros, indgenas, etnias, cholos, campesinos, empresarios y profesionales, para recuperar el poder originario, base de la autodeterminacin y la democracia, elaborar una nueva Constitucin e invocar el derecho de los pueblos a la indignacin y a la rebelin ciudadana no violenta.
Julio Yao Villalaz, presidente del Servicio Paz y Justicia en Panam
Fuente: http://alainet.org/active/56131
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