lunes, 21 de mayo de 2012

Hospitales ejecutan programas especiales para los desechos - El Nuevo Diario

No son restos "comunes y corrientes" como los que salen de cualquier hogar. Son desechos sólidos de riesgo biológico, que podrían desatar todo tipo de enfermedades, por ello los centros hospitalarios privados desarrollan iniciativas y programas para garantizar que sean tratados adecuadamente.

Se trata de bisturíes, gasas y algodones con sangre o con cualquier líquido corporal, espéculos vaginales, jeringas usadas y guantes, entre otros. No obstante, estos desperdicios ni siquiera clasifican entre los altamente contaminantes, como son los que salen de los laboratorios clínicos o de los quirófanos.

En el Hospital Metropolitano "Vivian Pellas", HMVP, se cumplen estrictas medidas de seguridad, explicó Agnes Saborío, Gerente de Operaciones. Entre éstas citó: recipientes para depositar por separado la basura común y los desechos bioinfecciosos y especiales, como materiales de construcción, toners y medicamentos vencidos, entre otros.

Para cada desecho hay recipientes especiales identificados por colores. Los cortopunzantes son clasificados en bolsas rojas, en cambio los recipientes de basura común deben ir en bolsas negras, indicó.

Para la eliminación de estos desechos, el personal está debidamente capacitado, dado que ese centro hospitalario cuenta con la Certificación Internacional otorgada por la Joint Commission International, JIC. Saborío afirma que una vez que estos biodesechos salen del hospital, se garantiza que sean depositados en el lugar correcto. En el HMVP este procedimiento también se ejecuta dos veces por semana. El desecho común sale por la vía tradicional, y el desecho bioinfeccioso es llevado por una empresa especializada a un punto de la capital.

"Nos aseguramos que (la empresa) tenga autorización del Marena y del Minsa para trabajar", insistió Saborío, quien además constató que en el lugar donde finalmente se depositan y queman los desperdicios no hay viviendas.

La razón por la que este hospital solicita el servicio de esta empresa, es porque no cuentan con un incinerador, "de hecho no queremos tenerlo por la contaminación que crea en la zona, y estamos estudiando para el futuro, otros mecanismos más modernos", agregó la Gerente de Calidad del HMVP.

Desechos patológicos

Los restos humanos producto de amputaciones o de cirugías extremas, considerados desechos de tipo patológicos, también deben recibir un cuidado especial.

En el HMVP estos pasan primero por congeladores para evitar su descomposición. "La congelación en estos casos se hace porque en 24 horas todo tejido muere", explica Erica Lawrence, enfermera epidemióloga de ese centro.

Cabe señalar que la empresa que se hace cargo de los desperdicios, les brinda el mismo tratamiento que a los desechos bioinfecciosos. Sin embargo, la decisión final recae en los familiares.

"En la mayoría de los casos se los llevan a sus casas para enterrarlos, es un derecho del paciente y de sus familiares, lo único que pedimos es que venga todo reglamentado --conservado y en su cajita para ser sepultado--", indicó Lawrence.

La excepción son las placentas, apéndices, restos de intestinos y otros desechos patológicos, que pasan directamente a cremación.

Al oeste de la capital, el Hospital "Bertha Calderón" es uno de los centros del sistema público de salud, que cuenta con incinerador propio. Sin embargo, ni allí ni en el Hospital Infantil La Mascota, El Nuevo Diario pudo obtener una respuesta de las autoridades para abordar el tema.

Hospital con incinerador propio

En el Hospital Bautista, de propiedad privada, no se contrata a ninguna empresa para tratar los desechos sólidos. Allí son clasificados y se manejan siguiendo las normas establecidas por el Ministerio de Salud, Minsa, mediante la incineración diaria de los desechos.

Para ello, el centro asistencial cuenta con su propio incinerador, explicó el doctor José Santos Latino, subdirector del centro.

La excepción son los restos humanos, que son depositados en las bolsas para ser enterrados el mismo día. "Tenemos un terreno especialmente (destinado) para ese trabajo", recalcó el médico.

Pero también existen medidas de seguridad ante la incineración, que mandan al personal médico, de enfermería y resto de trabajadores de la salud, a ser vacunados contra la Hepatitis B, además del uso estricto de guantes, gabachas, protectores oculares y mascarillas, con el único objetivo de evitar cualquier tipo de contaminación.

El caso profamilia

En el caso de las clínicas de Profamilia, el doctor José Antonio Delgado, especialista en ginecología, explicó que además de la salud de los pacientes, otra prioridad para este centro es el cuido del medioambiente.

"Utilizamos recipientes adecuados, donde depositamos desde espéculos hasta jeringas, aunque este tipo de desechos no entran en el grupo de altamente contaminantes, ya que si en ellos va un germen, en dos o tres horas este muere", indicó.

Más peligrosos y clasificados como "altamente contaminantes" son los desechos médicos que salen de los laboratorios clínicos.

Con estos, denominados "desechos biológicos", se debe tener mucho cuidado al manipularlos, ya que hay exposición a enfermedades, concluyó Alan Calero, bioanalista clínico de Profamilia.

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