domingo, 6 de mayo de 2012

Ejecutan a cinco en Iztapalapa - El Universal.mx

fernando.martinez@eluniversal.com.mx

Su cuerpo quedó hincado, doblado sobre sí mismo, con la cabeza clavada en el piso. El joven murió a balazos junto a cuatro más, dos quedaron en la calle y dos jovencitas halladas en la parte de atrás de un vocho naranja, al parecer por una venganza.

Además, otros dos hombres tuvieron que ser hospitalizados y hasta el cierre de esta edición estaban en terapia intensiva, en estado grave.

La Plaza de El Reloj de Santa María Aztahuacán, en Iztapalapa, sitio de encuentro de fin de semana de jóvenes de la zona, ayer amaneció con una tragedia.

Cinco jóvenes fueron asesinados a tiros cerca de las 7 de la mañana, cuando la convivencia de la noche anterior estaba casi por terminar. En el lugar, dos autos: un Pointer blanco y un Volkswagen Sedán naranja varados de frente, junto a unas cadenas negras de fierro colado.

En el asiento trasero del Volkswagen fueron halladas sin vida, con lesiones de disparo de arma de fuego, Brenda "N", de 14 años de edad y Patsy Monserrat Carrillo Mendoza, de 20.

Sobre el pavimento fueron encontrados sin vida tres varones, uno de ellos identificado como Adán "N" y otro más como José Pedro Espinosa Chora, de 22 años.Un tercer joven se encuentra, hasta el momento, en calidad de desconocido y se estima que tiene aproximadamente 20 años. Las primeras versiones oficiales hablan de un enfrentamiento entre ellos, cuando convivían bebiendo cerveza y tequila; sin embargo, los vecinos quienes conocen las costumbres de su colonia y a su gente, afirman: "Eso es mentira, al parecer se trató de un ajuste de cuentas".

La zona es de narcomenudistas, afirman, y el pasado jueves estos mismos jóvenes, los asesinados, estaban en una fiesta en una casa donde adoran al santo de los narcos, Jesús Malverde, ubicada a escasos 50 metros del lugar del multihomicidio.

En esa ocasión, quienes ahora fueron asesinados habrían golpeado a otros, a muchachos de la colonia Ejidos de Santa María, que asistieron a la fiesta y quienes, según dice la gente del lugar, habrían cobrado venganza. Aquel día hubo disparos, pero no hubo muertos ni lesionados que se sepa.

Los colonos saben cuándo y cómo se juntan los jóvenes, muchos son adolescentes, quizá hasta sepan quiénes eran los muertos o quiénes los agresores, pero prefieren no decirlo, tienen miedo.

"Allá, junto a la palmera, a un lado del kiosco, hay unos que se paran y venden drogas. Los jueves, viernes y sábados, esto parece Garibaldi, toman, escuchan música a alto volumen y hasta se drogan", afirman.

Un vendedor iba llegando a la plaza, estaba por bajar las mesas, las sillas y todo lo que usa, pero empezó a oír los disparos y mejor se agachó con su mujer dentro de su camioneta; sólo intentó observar por el espejo retrovisor, pero no vio nada, afirma.

La gente dice que a las 5 de la mañana había una camioneta negra con gris estacionada en el lugar, pero cuando más tarde ya no estaba.

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